lunes, 17 de febrero de 2014

LA GASTRONOMÍA ES CULTURA

La cocina española

Uno de los mayores atractivos de España es sin duda el de su cocina, una de las mejores del mundo por la calidad y variedad de sus productos.
No puede hablarse con rigor de una cocina nacional, sino de múltiples cocinas regionales influidas en cada caso por la climatología y las formas de vida autóctonas.

La cocina española se distingue por utilizar tradicionalmente en la preparación de los alimentos el aceite de oliva así como la gran variedad de frutas y verduras que aportó la cultura árabe a la mesa y otros elementos como la patata y el tomate llegados de América. El pescado es también protagonista en las mesas españolas. Junto con Japón, nuestro país tiene uno de los consumos más altos de pescado en todo el mundo y es una parte importante de nuestras dietas. En definitiva: la calidad de las materias primas, la dieta mediterránea y el mestizaje son las notas que definen la cocina española.

Por otra parte, el gran desarrollo experimentado en los últimos años se debe también a la aparición de grandes profesionales que han sabido reinventar los platos y recetas tradicionales en consonancia con el tiempo actual, dotando a la gastronomía de una nueva dimensión en presencia y sabores. Ferrán Adriá – El Bulli- (considerado uno de los chefs más influyentes del mundo, creador del Basque Culinary Center y profesor en Harvard U. sobre ciencia culinaria e innovación), Juan Mari Arzak, Martín Berasategui, Sergi Arola, Paco Roncero, Joan Roca, Santi Santamaría, Carma Ruscalleda son algunos de los más conocidos. Llama la atención comprobar que en esa lista no aparezca más que una mujer. Actualmente el mejor restaurante del mundo se encuentra en España: El Celler de los hermanos Roca.

La cocina del norte:
El norte es una región húmeda y lluviosa que otorga una gastronomía muy rica y variada tanto en carnes como en pescados.

El País Vasco desarrolla una cocina estacional basada en los fogones familiares, con platos propios como el marmitako (patatas con bonito) y el txangurro (almejas y centollo).

Asturias proporciona también una cocina similar si bien con particularidades dignas de mención como la fabada (guiso de alubias y productos del cerdo), el queso y la sidra (vino de manzana).

Cantabria nos ofrece mucha diversidad en una cocina de mar y de montaña con productos de gran calidad como la carne de vaca, la anchoa y los derivados lácteos.

Entre las particularidades de Galicia son dignos de mención el pote, las caldeiradas, el pulpo, los lácteos y la repostería.

Variedad y riqueza son los términos que definen una cocina sencilla, opípara y natural que se nutre de la excelencia de los productos de la tierra como es la de Aragón, La Rioja y Navarra. Las frutas y verduras cuentan en sus fértiles valles con un verdadero paraíso y los espárragos, pimientos, borrajas, cardos así como los melocotones y las peras, gozan de merecida fama por su exquisita calidad.

Las patatas, los cogollos y las menestras de verdura o las legumbres tiernas (pochas) dan lugar a platos que se complementan con sus riquísimas truchas de los ríos de montaña y sus carnes preparadas con los peculiares chilindrones y los confits, de influencia francesa. Postres en los que prima el queso o los lácteos (cuajada), fruta fresca, chocolatada o en conserva y una larga tradición de panes de gran calidad completan una gastronomía muy apreciada por todos.

La cocina mediterránea:
La cocina mediterránea asociada a la famosa dieta mediterránea que se muestra tan beneficiosa para la salud, se basa en la trilogía del trigo, el olivo y la viña, con otras aportaciones notables como las del arroz, las legumbres, el ajo, las verduras y hortalizas, el queso y el yogur, los pescados, carnes y huevos, y las frutas. Cocina tan variada como completa que en los espacios naturales mediterráneos de España se interpreta con distintos matices y particularidades.

Cataluña cuenta ya desde la Edad Media con una cocina rica y refinada que abarca el llano, el mar y la montaña. Una cocina de la costa con variedad de pescados, mientras que en el interior hay que destacar la escudella y los asados.

De gran personalidad y contraste es también la cocina valenciana, que conjuga los platos típicamente mediterráneos como pescados, verduras y frutas con los del interior mesetario, como los potajes y guisos de carnes de caza y que tiene en el arroz su producto estrella con una interminable lista de especialidades: seco, caldoso o en paella. Dulces, turrones y helados mantienen viva la influencia arábiga en su cocina.

Murcia participa de ese carácter de cocina de mar y tierra influenciada por la fusión de culturas.

La cocina de las Islas Baleares tiene en las verduras, sus pescados (caldereta) y en el cerdo (ensaimadas, sobrasada) sus principales particularidades, así como en la famosa salsa mayonesa.

La cocina de la Meseta:
La cocina de la Meseta es producto de una climatología extremada que exige del hombre un esfuerzo duro y continuado en su labor.

Castilla y León pone sus bases en las legumbres: alubias (La Bañeza, El Barco), garbanzos (Fuentesaúco) y lentejas (La Armuña). La matanza del cerdo que alcanza en la variedad ibérica, alimentada con bellota y castaña, su culmen de calidad y sabor, es también básica en los productos típicos regionales (botillo de León, morcilla burgalesa, cantimpalo segoviano), así como la caza. Lechazo, cabrito y cochinillo en sus asados exquisitos son hoy platos estrella, que se completan con sus truchas y bacalaos y la gran variedad de sus quesos de cabra, oveja o vacunos. La dulcería tiene en yemas y hojaldres, la expresión más refinada de la tradición árabe.

Extremadura participa también de estos caracteres en una muestra en la que destacan los productos y platos derivados del cerdo ibérico. Calderetas y cochifritos, escabeches fríos, verduras silvestres (setas, cardillos, puerros) y una gran variedad de quesos artesanos al amparo de los fogones conventuales (Guadalupe, Yuste, Alcántara) y del arraigo popular.

Aquella cocina recreada en El Quijote, de olla, salpicón y duelos y quebrantos puede acercarnos a Castilla-La Mancha, que tiene particularidades como las del azafrán, la miel de La Alcarria y el queso manchego (de oveja). Una gastronomía popular que conserva en gazpachos y morteruelos el sabor pastoril y en asados (cordero, cabrito) el sabor aromático de sus montes, que se deleita con el exquisito mazapán de Toledo de origen árabe.

Como un islote, Madrid aporta la peculiaridad de algunos platos como el cocido madrileño, el bacalao, los callos y su plato estrella: el rabo de toro. Las torrijas y los dulces, son otras de sus especialidades.

La cocina del sur:
La cocina del sur o de Andalucía disfruta del crisol de un conjunto de culturas que la habitaron y forjaron su patrimonio gastronómico. Coaligada con su entorno encontramos así una cocina de huerta y vega, una cocina de guisos invernales y pastoriles y una cocina mediterránea en el litoral.

A todo ello debemos unir su amplia y exquisita repostería, legado de la cultura árabe, y la variada cocina relacionada con el cerdo, que tiene en la matanza su punto culminante ritual y colorista. Los gazpachos y sopas, las frituras y los guisos particularizan una cocina de gran acervo popular.

Las Islas Canarias disfrutan de una cocina muy personal que tiene en el gofio (harina de cereales tostados), las legumbres, los cultivos tropicales y sus famosos mojos (salsas de pimienta y cilantro) algunos de sus alicientes.

BEBIDAS

El vino es un elemento fundamental en todas y cada una de las cocinas regionales de España.

Los romanos extendieron el arte de la viticultura que ha convertido a España en uno de los mayores productores de vino, a la vez que ha cobrado justa fama por su calidad sujeta hoy a estrictos controles y variedad (hasta sesenta comarcas vinícolas diferentes).

Entre ellas mencionaremos el vino de Rioja, que por su aroma, sabor y cuerpo ha obtenido un lugar destacado a nivel internacional.

Otras denominaciones de origen muy apreciadas son las de la Ribera del Duero, el Penedés y La Mancha que han experimentado en los últimos años un gran avance en la calidad de sus caldos.

El vino de Jerez es un vino andaluz de gran prestigio internacional, sobre todo en los países anglosajones, y que tiene distintas variedades (fino, manzanilla, amontillado, dulce y oloroso) capaces de satisfacer los diferentes gustos.

El cava español o vino espumoso achampañado tiene su centro principal de producción en la región catalana del Penedés, si bien se ha extendido en los últimos años a otras como Castilla.




COMER EN ESPAÑA

Comer en España es uno de los ritos más agradables de la vida cotidiana. La variedad y riqueza de su gastronomía así como el gusto del español por la cultura del plato y el mantel, hacen que sea muy fácil encontrar, tanto en las grandes ciudades como en las pequeñas aldeas rurales, un sitio donde comer bien. Desde la comida casera tradicional a la de los afamados restaurantes de cinco tenedores (máxima clasificación en un baremo que va de uno a cinco), cada uno puede encontrar la mejor relación entre precio y calidad de acuerdo con sus gustos y preferencias.

Los horarios de todas las comidas suelen retrasarse una hora y media aproximadamente de la media europea, si bien la amplitud de los horarios de los establecimientos, permiten a cada cliente mantener su horario habitual.

La carta con los precios suele estar puesta en la entrada de los restaurantes, que disponen también de un menú del día con precios habitualmente más reducidos. El servicio va incluido en el precio de los platos siendo habitual, aunque no obligatorio, destinar entre un cinco y diez por ciento del total a propina o gratificación por dicho servicio.

La mayoría de restaurantes suelen cerrar un día a la semana (el domingo o el lunes), si bien existen numerosos establecimientos de horario continuado que permiten comer a cualquier hora.

Importancia en el sector turístico
Varios estudios demuestran que muchos de los turistas que eligen España como país a visitar lo hacen movidos por su gastronomía. La última encuesta de Hábitos Turísticos (HABITUR) revela que La Rioja posee la gastronomía más valorada, con un 9,2 de nota media. La siguen de cerca Asturias, Extremadura y Navarra.
Según el Instituto de Estudios Turísticos (IET), 2012 trajo un aumento en el sector turístico del 4,25%. Durante ese año se alcanzaron los 5,6 millones de visitantes extranjeros. Cada uno gastó una media de 1.133,89 euros por persona, arrojando un total de 6.393 millones de euros.
Recientemente, el IET daba a conocer que durante el mes de agosto de 2013 8,3 millones de turistas habían llegado a España desde el extranjero. La cifra supone una subida del 7,1% con respecto al mismo mes del 2012. Su desembolso económico también creció un 12,2%, alcanzando los 8.236 millones de euros.

EL MEJOR RESTAURANTE DEL MUNDO… ES ESPAÑOL
La lista de los 50 mejores restaurantes del mundo, encabezada por el Celler de Can Roca en este 2013, incluye a otros cuatro establecimientos españoles: Mugaritz, en San Sebastián, en la cuarta plaza; Arzak, también en San Sebastián, en el puesto número ocho; Quique Dacosta, en Dénia, en el puesto 26; y el Asador Etxarri, de Atxondo, en el 44. 
En el mejor restaurante del mundo se trabaja desde las nueve de la mañana. Todo tiene que estar listo a la una y media, cuando se inicie la representación para 40 comensales que han aguardado hasta un año para conseguir mesa. Hay un empleado por cliente. Joan Roca, el chef, describe cómo funciona su restaurante: “No me gustan los malos rollos ni las voces. No hay dictadores. No hacemos llorar a nadie como en otras cocinas. No trabajamos mirando el reloj. Soy un tipo tranquilo. Los tres lo somos. Preferimos la concentración a la tensión. El diálogo, a las órdenes. Nuestro trabajo debe estar basado en una compleja organización previa. No puede haber flecos sueltos. Todo debe estar preparado. En la cocina de El Celler hay silencio, serenidad y delicadeza. Es nuestra forma de ser”.
Se escuchan conversaciones con muchos acentos. Entre los cocineros hay un neoyorquino, un mexicano, un coreano, un alemán y un catalán. Una veintena de estos cocineros son becarios, chefs en embrión que trabajan unos meses en el restaurante de los hermanos Roca a cambio de comida, cama y sabiduría. Será su escuela de posgrado, su doctorado de alta cocina. Más tarde serán los transmisores de un modelo revolucionario de cocina nacido en España que ha asombrado al mundo. Y del que El Celler es el abanderado. Una práctica, absorber jóvenes genios de la cocina, que inició Ferran Adrià en elBulli, en cuyo restaurante del litoral gerundense han sido aprendices todos los números uno de la gastronomía mundial, como Heston Blumenthal, René Redzepi, Andoni Luis Aduriz o el mismo Joan Roca. Entre los becarios de El Celler hay latinoamericanos, asiáticos y europeos. La señora Montse conoce a todos por su nombre; detecta a los que tienen madera de líder y se ocupa de que los cinco pisos de la familia donde se hospedan tengan siempre la ropa limpia.
La familia Roca está hoy compuesta por esa cincuentena de hijos adoptivos. Y centenares más que han pasado por la cocina de El Celler desde 1986. Ha sido una de las claves del éxito de los hermanos: crear una empresa familiar donde tanto el cliente como el trabajador se sientan en casa. Es el primer análisis sobre El Celler que me transmite Ferran Adrià, el agitador de la cocina contemporánea y alma de elBulli, considerado el mejor restaurante del mundo durante la década pasada y reconvertido en un poderoso laboratorio de ideas: “El Celler, mucho más allá de estar el número uno en una lista (lo que siempre es una metáfora), es el punto más caliente e influyente de la cocina mundial. En ese restaurante se concentra la atracción gastronómica. ¿Y cómo te lo demuestro? Muy sencillo: si les preguntas a los chicos que desean ser cocineros dónde quieren ir a aprender, la mayoría, sean del continente que sean, te dirán que al restaurante de los Roca. Y eso marca una tendencia. No es un fenómeno de críticos sesudos, sino de gente joven que apuesta por un modelo de cocina. Esa es la clasificación que importa, la voz de los jóvenes que nos está indicando un camino. Y hoy ese camino es El Celler, como parte de la revolución de la cocina que hicimos entre todos”.
–¿Cómo es la cocina de los Roca?                                                       
–Global y con personalidad. Una gastronomía amable de vanguardia.
Algunos enlaces de interés:

http://www.expansion.com/especiales/gastroempresarios/index.html









lunes, 10 de febrero de 2014

EL FÚTBOL EN ESPAÑA, ¿ALGO MÁS QUE UN DEPORTE?

El fútbol es una pasión...

Si se encuentra en España y, paseando por la calle, nota que apenas hay gente, no se preocupe: seguro que es día de fútbol. Y es que estamos hablando del deporte rey en nuestro país. Durante la temporada de Liga, cientos de miles de personas acuden al campo los fines de semana para animar a su equipo y disfrutar de un campeonato que, por su nivel competitivo y por la calidad de los jugadores, está considerado como uno de los mejores del mundo. La fama internacional del fútbol español es tal que, cada año, multitud de personas se acercan a admirar la Sala de Trofeos del Real Madrid en el Santiago Bernabéu, o a conocer el Museo del Fútbol del FC Barcelona, uno de los lugares más visitados de esta ciudad.
Sin embargo, el espectáculo del buen fútbol no queda reservado únicamente para los sábados y los domingos. A diario, la emoción está garantizada con los partidos de competición europea: martes y miércoles se juega la Liga de Campeones, y los jueves, la Copa de la UEFA. ¿Quiere ver en directo remontadas increíbles, jugadas de auténtica fantasía y regates imposibles? En los estadios españoles no le resultará difícil. Pero también descubrirá otra cosa: en España el fútbol es una fiesta que se vive dentro y fuera del campo.
Horas antes del encuentro, ya podrá sentir el ambiente en los alrededores del estadio. Los bares y locales de la zona se van llenado de aficionados entusiasmados que se reúnen para tomar algo, comentar las posibilidades del rival y hacer pronósticos sobre el resultado. Llega la hora del partido y hay que entrar al campo. En las gradas, reinan la deportividad y la pasión por los colores: los hinchas lanzan cánticos para apoyar a su equipo, se aplauden las mejores jugadas (incluso las del contrario), y se protestan las decisiones del árbitro. Déjese llevar por esta atmósfera, seguro que pasa un rato divertido.
Si se ha quedado sin entrada y el partido se retransmite por televisión, quédese a verlo en algún bar o pub: suele haber casi tanta animación como en el estadio. Una vez finalizado el encuentro, todavía queda tiempo para tomar algo mientras se comentan los lances del partido. A no ser, claro está, que la victoria signifique un título para el equipo o que se haya ganado al eterno rival. Entonces los aficionados van a celebrarlo a un lugar emblemático de la ciudad: cada equipo "tiene" el suyo propio, por ejemplo, la fuente de la Cibeles para los del Real Madrid, la deCanaletas para los del FC Barcelona o la de Neptuno para los del Atlético de Madrid.
Si desea ver un partido en directo, las entradas suelen ponerse a la venta varios días antes en las taquillas del estadio. Algunos clubes también ofrecen la posibilidad de comprarlas a través de su página web o llamando por teléfono. Si quiere vivir de cerca toda la emoción del fútbol, venga a España. Se convertirá en un auténtico forofo

http://www.spain.info/es/reportajes/sentir_la_pasion_del_futbol_en_espana.html
Las cifras del fútbol en España

El fútbol profesional es un gran negocio. Nadie lo puede dudar. Lo dicen las cifras que se mueven alrededor del rey de los deportes. A día de hoy, el fútbol es considerado como la decimoséptima economía mundial. En España, el 1,7 del Producto Interior Bruto corresponde a un deporte de 42 empresas que dan forma a la Liga de Fútbol Profesional y que tienen un presupuesto de ingresos de 2.117 millones de euros, por 1.947 millones de euros de gastos.

El fútbol profesional crea 85.000 empleos directos e indirectos y aporta 9.000 millones de euros a la economía, sólo la quiniela supone 500 millones de euros al año, unos 13 millones de euros por jornada. Cada temporada acuden a los campos repartidos por toda España 14 millones de personas y otros 174 millones lo ven por televisión por todo el mundo. Lo dice la empresa auditora Deloitte y queda ratificado semana tras semana. Además, y según una encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) el 54% de la población española se considera seguidora del fútbol, siendo el sector de edad comprendido entre los 18 y 24, los más fieles con un 62%.

Detrás de este fútbol profesional, el que arrastra a millones de personas, hay otro imprescindible para que el fútbol de élite sea posible. Las estrellas que hoy valen noventa o sesenta millones de euros se iniciaron en campos de tierra, lejos de las masas de aficionados que siguen a las estrellas domingo tras domingo. Y es que el fútbol aficionado que da cobijo la Federación Española es el paso previo e imprescindible para ser alguien en un deporte que mueve pasiones y dinero por igual. El sueño se inicia con diez años y tras otros tantos de duro peregrinar sin la comodidad en la que viven los equipos de Primera, sólo los elegidos llegan a lo más alto. De los 780.000 aficionados que juegan al fútbol, tan sólo 1.000 llegan a jugar en Primera o Segunda y sólo un par de centenares tienen la suerte de convertirse en millonarios.

Fuente: texto adaptado de MEDIOTIEMPO
La dimensión social que en poco más de un siglo ha tomado el fútbol en España es notable
El fútbol,  deporte de equipo más importante en España por su número de practicantes, se ha convertido en un fenómeno que se relaciona con factores culturales, sociales, económicos e incluso políticos. Aunque suene a tópico, el fútbol es algo más que dos equipos de 11 personas persiguiendo un balón.
El mayor impacto del fútbol en España está en la televisión, donde logra audiencias enormes: el 15 por ciento de la población sigue de manera habitual el fútbol cada Jornada, cifra que se eleva a 20 por ciento cuando se trata de partidos de la Eurocopa. Por ejemplo, durante el Mundial de Sudáfrica 2010, los partidos de la Selección Española las cifras de audiencia alcanzaron el  50 por ciento en la Final del Campeonato.
La dimensión social que en poco más de un siglo ha tomado el fútbol en España es notable. Comenzó su recorrido nacional a finales del Siglo XIX y principios del XX, con la fundación de los primeros clubes: Athletic de Bilbao (1898), Barcelona (1899) y Real Madrid (1902).

El primer Campeonato de Liga en España se celebró en 1929, una fecha que marcó el inicio de una competición que iría ganando importancia y espectadores de forma constante durante la década de 1930 (con el paréntesis de la guerra) y 1940. Sin embargo, la verdadera explosión del fútbol en España se produjo en los años cincuenta, cuando la rivalidad entre el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona adquirió otra dimensión, y la dictadura del General Franco comenzó a utilizar este deporte como marco sustitutivo de la política. En ese entonces, el Real Madrid, dirigido por el empresario Santiago Bernabéu, se convirtió en un símbolo del Régimen, que a través de él proyectaba una favorable imagen internacional. Paralelamente, el Barcelona (o Barça) se convirtió en "algo más que un club de fútbol" , lo que significa que, para la población catalana, supuso un soterrado símbolo nacionalista.
Al llegar la década de 1990, la rivalidad Real Madrid-Barça fue superando tales dimensiones supra-deportivas, para convertirse en un espectáculo de masas de carácter global que ha concitado la atención de millones de espectadores en todo el planeta.
Cuando juegan el Real Madrid y el Barcelona no sólo compiten dos equipos. Simbólicamente también compiten dos ciudades que rivalizan por su prevalencia en el país, dos proyectos de estado (centralista y federal), asociados a dos identidades colectivas (española y catalana).

También supone una confrontación deportiva entre los empresarios  madrileños y catalanes, que participan en la gestión de sus respectivos equipos, y, por tanto, el choque directo entre dos modelos de gestión. Por un lado, se encuentra el modelo representado hasta el año pasado por el entrenador del Barcelona, Josep Guardiola, que apostó claramente por la cantera del club, frente a Florentino Pérez, Presidente del Real Madrid y que contrata estrellas mundiales que refuercen la proyección del club en la esfera global.

El fútbol posee un peculiar ingrediente para lograr un potente atractivo social. Se trata de la visión de los futbolistas como "hijos del pueblo", que logran fortuna gracias a sus méritos, esfuerzo y compromiso.

La población se identifica con los jugadores, considerados una suerte de héroes a quienes es importante seguir. También hay que sumar la incertidumbre en el resultado, la estética del propio deporte e incluso de los equipos (cuyas camisetas se han convertido en emblemas), la dimensión en términos de ocio barato, factores que hacen del fútbol un espectáculo de masas con gran repercusión económica.

Una máquina de marketing global
Por su parte, los medios de comunicación masiva han convertido al fútbol español en una máquina de marketing global. No sólo empresas de material deportivo buscan patrocinar este deporte; todos los sectores pueden encontrar rentable patrocinar a un equipo para identificarse con sus valores (trabajo en equipo, seguridad, credibilidad, etcétera) y lograr un aumento de sus ventas.

Los datos del Annual Review of Football Finance, correspondientes al 2010 y publicados por la consultora Deloitte, muestran que la competición futbolística española creció un 4 por ciento, lo que representó ingresos cercanos a los 1.500 millones de euros (unos 2.183 millones de dólares), sobre todo por el crecimiento del Real Madrid y el Barcelona. Ambos equipos fueron, por segundo año consecutivo, los que más dinero produjeron en el mundo.

Muchos de los clubes están presididos por grandes empresarios, representantes de las mayores corporaciones del país, también magnates del petróleo e incluso personalidades con tintes políticos, como el anterior Presidente del Barcelona, Joan Laporta, quien tras encadenar unos años de éxitos deportivos, anunciaba la formación de un partido político independentista cuando abandonó la Presidencia del Barça. Presidir un equipo de fútbol otorga notoriedad, fama y respeto social. Actualmente, todos los estadios españoles cuentan con palcos que son utilizados por las clases dirigentes para tejer relaciones, llegar a acuerdos y hacer todo tipo de negocios. El apoyo de personalidades de la política a los equipos de sus ciudades marca una relación equidistante donde los clubes obtienen ventajas económicas que los políticos (sobre todo alcaldes) esperan rentabilizar en votos, pues la simpatía por un determinado equipo de fútbol también cotiza en el mercado electoral.
El fútbol en España se ha conformado como un espacio simbólico; baste decir que casi el 85 por ciento de la población se siente muy o bastante orgullosa de los éxitos de la Selección Nacional.El último Mundial supuso un gran éxito para España no sólo en lo deportivo, sino por la participación en la Selección de jugadores provenientes de todas las regiones del país, especialmente de Madrid, Barcelona y el País Vasco, lo que ha simbolizado un cierto triunfo en la unidad.
Consecuentemente, la arquitectura institucional del fútbol en España es muy peculiar: el Consejo Superior de Deportes está definido por ley como un organismo autónomo de carácter administrativo, a través del cual se ejerce la actuación de la administración del Estado en el ámbito del deporte. Está presidido por el Secretario de Estado para el Deporte, que es un cargo político nombrado por el Gobierno.

Finalmente, es necesario hacer referencia a un elemento característico de España y su relación con el fútbol  el hecho de que este deporte ha venido siendo un factor de distensión para una sociedad que aún no ha resuelto algunas cuestiones políticas fruto de su historia más reciente. Así, el fútbol en España también es un espacio para el debate social, un ámbito que canaliza las pasiones sin que ello afecte de sobremanera a la estructura político-institucional.

En definitiva, y parafraseando el conocido lema barcelonista, el fútbol en España es "algo más que un deporte".

lunes, 3 de febrero de 2014


¿UNA GENERACIÓN PERDIDA?


925.300 menores de 30 años llevan más de un año buscando trabajo
Uno de cada tres jóvenes españoles no acaba la educación secundaria
El Banco de España propone eliminar el salario mínimo
Expertos proponen incentivar el contrato a tiempo parcial
La UE prepara un fondo de 6.000 millones de euros para este colectivo
Francia pide ampliar el Erasmus a las prácticas en empresas
Rajoy solicita excluir del déficit las ayudas a la contratación de jóvenes

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El desempleo entre los jóvenes se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de Europa en los últimos tiempos. Cinco años después de estallar la crisis, las generaciones nacidas entre mediados de los ochenta y mediados de los noventa se han encontrado con un panorama laboral desolador. Y lo peor de todo, no parece existir ninguna solución a medio plazo.

Un par de datos de Eurostat. De los 19,3 millones de parados que había en la Eurozona en el primer trimestre, 3,6 millones tenían menos de 25 años. Si un 12,2% de la población activa estaba en el paro, este porcentaje se elevaba 24,4% en el caso de los menores de esa edad.

Lo grave de esta fotografía es que es aún peor en España, país con 6,2 millones de desempleados, un 27,1% de la población activa. Aquí hay 960.400 menores de 25 años sin trabajo, un 55,9% del total, a los que habría que sumar otros 880.800 que están entre esa edad y los 30 años: los jóvenes que tuvieron la mala suerte de entrar al mundo laboral al estallar la crisis hace un lustro.

Reformas laborales
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió ya en 2010 que el desempleo juvenil amenazaba con crear "una generación perdida". Lo que se viene denominando en España los Ninis[1]. Por aquel entonces el Banco de España reclamaba acabar con la dualidad del mercado laboral: las diferencias entre aquellos con contratos indefinidos con alta indemnización, normalmente mayores, y aquellos temporales con baja indemnización, muchos de ellos jóvenes.

El principal problema del desempleo, general y juvenil, es la destrucción del tejido económico por la crisis inmobiliaria, que se ha llevado por delante gran parte del trabajo temporal del país y parte del indefinido.

Por ello, las perspectivas de empleo son malísimas para lo que queda de década: hasta que no crezca la economía, no se generarán nuevos puestos de trabajo. Y el Gobierno prevé un 24,8% de paro en 2016.

Mientras tanto, el gobierno de Mariano Rajoy acometió una importante reforma laboral que tuvo como uno de sus objetivos abaratar[2] el despido y dar más flexibilidad a las empresas para acabar con la dualidad de los contratos.

¿Qué se plantea en España?
"Los logros alcanzados por la reforma laboral en materia de flexibilidad interna y de moderación salarial son esperanzadores, pero los resultados obtenidos en el impulso de la contratación no son todavía suficientes", advierte el Banco de España en su informe anual de 2012.

Este organismo recomienda buscar nuevas fórmulas para flexibilizar aún más los salarios[3]. Entre ellas, suprimir el salario mínimo[4] para los colectivos "con mayores dificultades", como es el caso de los jóvenes.

En España hay 41 contratos de trabajo, de los que las empresas sólo utilizan siete u ocho, según la patronal. La última reforma laboral introdujo el 'Contrato para la formación y el aprendizaje', destinado a menores de 30 años cuya duración oscilará entre uno y tres años y en el que dedicarán hasta un 85% del tiempo a trabajar.

Por su parte, la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016 prevé bonificaciones en las cuotas a la Seguridad Social cuando las empresas contraten a tiempo parcial a jóvenes; la creación de otro contrato de primer empleo temporal bonificado cuando se convierta en indefinido; y una tarifa plana en las cuotas a la seguridad social de 50 euros durante seis meses para emprendedores de menos de 30 años.

La formación no es un seguro en este momento para hallar trabajo. La tasa de paro entre 20 y 24 años es del 45% entre quienes tienen educación superior, como una carrera universitaria, frente al 49% de los titulados con la segunda etapa de secundaria.

Según Manpower, la educación ha estado alejada, o en oposición, de la empresa, una opinión que comparte Carlos Marqueríe, fundador de 4Innovation (4i), quien critica a un "lobby universitario" en el que la investigación a largo plazo no satisface las necesidades inmediatas de los negocios.

En opinión de Cuatrecasas, una solución sería reformar "a fondo" la contratación a tiempo parcial, una alternativa al contrato temporal para su introducción en el mundo laboral.

¿Qué propone Europa?
Hace unos meses, Angela Merkel se escandalizó[5] en el Foro Económico Mundial de Davos por el alto desempleo juvenil en España. Poco después, la canciller alemana promovió la creación de una partida extraordinaria de 6.000 millones de euros en los presupuestos europeos para cinco años para luchar contra este problema, fondo del cual ha recomendado a Rajoy que eche mano ya para mejorar el mercado laboral en España.

Una de las medidas que baraja Francia es ampliar las becas Erasmus a prácticas en empresas de otros países de Europa. Precisamente España es el país que más Erasmus envía fuera del país, unos 36.183 en el último curso. Sin embargo, el programa se ha convertido en otra víctima de los recortes: su presupuesto se ha reducido un 30% en 2013.

Por su parte, Alemania ha ofrecido ayuda a España contra el paro, aunque de momento no se ha concretado en ningún programa importante. Berlín prometió en 2012 dar formación a los jóvenes parados españoles que han emigrado allí, mientras que hace una semana las ministras de Empleo Fátima Báñez y Ursula Von der Leyen firmaron un acuerdo de cooperación con la intención de dar trabajo en el futuro a 5.000 jóvenes cualificados al año.

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha urgido[6] a los Veintisiete a que logren que los jóvenes trabajen en  menos de cuatro meses una vez acaben los estudios.
Una propuesta que parece humo después de un lustro[7] de crisis. Si hay una solución, llegaría tarde para 925.300 menores de 30 años que llevan más de un año en el paro. Una estadística del INE en la que no figuran aquellos que han dejado el país o han dejado de buscar trabajo por imposible.





¿Cómo es la situación del desempleo juvenil en tu país?
¿Cuál de las soluciones planteadas te parece más efectiva?
¿Qué harías si tuvieras poder para solucionar este problema?






[1] Ni estudian ni trabajan
[2] Lo contrario es: encarecer
[3] Sueldo, nómina
[4] 752,85€ SMI
[5] Escandalizarse de algo
[6] Urgir: es urgente que hagas algo
[7] Periodo de cinco años