jueves, 17 de enero de 2013

LOS ESPAÑOLES SOMOS LOS EUROPEOS QUE MÁS HORAS TRABAJAMOS


Los españoles son los trabajadores europeos que más horas trabajan al año

Los españoles trabajaron una media de 277 horas más que los alemanes en 2011, según datos del Instituto de Estudios Económicos (IEE) a partir de estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCDE, que sitúan el promedio de horas trabajadas en España durante 2011 en 1.690 horas, frente a las 1.413 horas deAlemania y las 1.379 horas de Holanda.

Para debatir sobre la necesidad de modificar el horario laboral en España ha arrancado este martes en Madrid el VII Congreso Nacional para Racionalizar los Horarios Españoles bajo el lema de Horarios, flexibilidad y productividad. Este nuevo congreso persigue concienciar a todos los estamentos de la sociedad española acerca de la necesidad de un mejor uso del tiempo y de la racionalización y flexibilización de los horarios laborales.

Parada de 40 minutos para comer

Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión Nacional de Racionalización de Horarios Españoles, ha explicado que "esta racionalización nos beneficia porque viviríamos de una forma más intensa".
Según Buqueras, con unos horarios de trabajo más flexibles sería posible la conciliación de la vida familiar y laboral y obtendríamos una mayor productividad. "Nos pasamos muchas horas en el trabajo", dice, y la productividad está a la cola de Europa. "Tenemos muy arraigada una cultura en la que lo importante es que el jefe nos vea en el trabajo hasta que él se marche". Sin embargo, Buqueras ha dicho que lo ideal es "optimizar el tiempo en el trabajo" y poder lograr los objetivos dentro del horario marcado.

Un horario, más europeo, que podría ser seguido por el 90% de la población comenzaría entre siete y media y nueve y media de la mañana y terminaría entre las cinco y las seis, con una parada de 40 minutos para comer y habiendo desayunado de una manera completa y correcta.

Datos curiosos: los horarios españoles para las comidas

Los horarios de comidas y cenas en España están descontrolados. Somos el país de Europa que más tarde se acuesta y, por eso también, los que nos levantamos por las mañanas con más ojeras. Fuera de España, la comida es ligera y la cena, familiar. Hace unos años una encuesta establecía que en España se cena de media a las 21:45 horas, frente a las 19 horas de Francia. Por añadidura, la jornada laboral es más larga y las horas de sueño más cortas que en otras naciones de Europa. Los estudios realizados hasta ahora recogen también que un 65% de los españoles permanece despierto más tarde de las doce de la noche, cuando en los países vecinos llevan tiempo de sueño. Los programas de televisión de más audiencia empiezan a las once de la noche y acaban a la una de la madrugada. Son costumbres con un enorme coste en salud, bienestar y productividad que termina afectando sobre todo a la vida laboral de las personas.

Los horarios de las comidas de los españoles son vistos con incredulidad por parte de los europeos. Cuando un alemán se va a comer a las 12 del mediodía, un español puede hacerlo a las dos y media o a las tres de la tarde. En contra de lo que muchos piensan, no es una costumbre antigua. De hecho es bastante reciente. Tradicionalmente el almuerzo, la comida del mediodía, se realizaba en España alrededor de la una de la tarde. Sin embargo después de la guerra civil española (1936-1939) se agravó la situación económica de los hogares españoles obligando a los cabezas de familia a tomar un mínimo de dos empleos, una tendencia que ya se había empezado a dar desde mediados del siglo XIX. Generalmente el empleo base o fundamental consistía en una jornada de 8 a 10 horas. Puesto que el sueldo obtenido no bastaba para el sustento familiar se recurría a un segundo empleo, de menor duración generalmente. Todo ello teniendo en cuenta que lo normal era también trabajar el sábado. Puesto que la cuestión era aprovechar al máximo la mañana, los trabajadores pluriempleados tenían un bloque compacto de al menos ocho horas de manera que para cumplirlas se desplazó el horario de la comida. Por poner un ejemplo, un obrero X, de oficio mecánico, trabajaba en una fábrica de 6 de la mañana a 2 de la tarde, salía, almorzaba, y a las cuatro de la tarde se incorporaba a un pequeño taller de mecánica donde trabajaba cuatro horas más. Por ello lo normal era comer a las 3 de la tarde y cenar a las 10 de la noche.