miércoles, 27 de enero de 2010

En la oficina, también somos lo que comemos

LA ALIMENTACIÓN EN EL TRABAJO
Los españoles emplean, de media, dos horas de su jornada laboral para comer. Una cuestión cultural que poco a poco se está modificando con la adaptación al resto de Europa
Berta Díaz Olivas

Las extensas jornadas laborales que imperan en nuestro país suponen que la principal comida del día, el almuerzo, se realice la mayoría del año, fuera de casa. Ese pequeño detalle influye tanto en nuestra salud como en el rendimiento en el trabajo y en nuestra vida familiar.
Para empezar, la comida en España es un elemento fundamental de la cultura. «En los países de nuestro entorno se está comiendo entre las 12 o 12.30 del mediodía, y las pausas son de aproximadamente media hora a cuarenta y cinco minutos», afirma Ignacio Buqueras y Bach, Presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los horarios españoles (ARHOE). Esto permite salir del trabajo a una hora más temprana y hacer una mejor distribución del tiempo. El caso de nuestro país es bien distinto. Por regla general la gente se marcha «a las 14.00 horas y no vuelve a la oficina hasta después de las 16.00. Esto quiere decir que se están empleando entre hora y media y dos horas para comer como media, y a veces, más», señala el presidente de la ARHOE.
Estas diferencias en los horarios de la comida provocan una serie de consecuencias en la jornada laboral. Principalmente la alarga innecesariamente, ya que las horas que se emplean en la comida hay que recuperarlas más tarde, lo que impide la conciliación. «Nos priva de un tiempo que podríamos dedicar a nosotros mismos, a nuestras familias, al ocio». Pero no sólo eso, y es que al salir más tarde del trabajo se retrasa la cena y la hora de acostarse, con lo que al día siguiente se está más cansado.
Poco a poco, está calando la necesidad de armonizar nuestros horarios a los del resto de Europa, y ya empiezan a verse políticas y actuaciones en este sentido (jornada continua, flexibilidad...). Pero, por desgracia, son todavía una minoría poco representativa.

Pesada digestión
Cansancio y adormecimiento son síntomas muy habituales después de una comida copiosa. En esto también nos diferenciamos del el resto de Europa. Mientras que para la mayoría de los europeos la comida se basa en un sándwich y algún refresco, en nuestro país se acostumbra a tomar primero, segundo, postre y café, lo que provoca digestiones muy lentas.
Elegir una dieta equilibrada y saludable es muy importante tanto para la salud en general, como a la hora de enfrentarse al resto de la jornada laboral. Pero seguir este tipo de dieta no está entre las preferencias de los trabajadores. Casi más de un tercio de la población no puede decidir qué comer diariamente, sobre todo por la vida laboral.Una combinación entre verduras, frutas y legumbres es la mejor elección, aunque no muchos optan por ella. Según el informe realizado por la consultora Quota Research, Hábitos de vida saludables, sólo un 5% de las personas que comen habitualmente en restaurantes o cafeterías, en días de trabajo, consume fruta fresca. Esta elección disminuye aún más cuando se va acercando el fin de semana «los viernes, la elección de dulces como postre, en los menús de restaurantes, es de más de un 50%, frente al 24% que se registra, en cambio, los lunes», confirma el informe.
Tres opciones son las que, en su mayoría, pueden elegir los trabajadores españoles a la hora de comer fuera de casa: restaurante, tartera o comedor de empresa. Esta última no sólo sigue funcionando sino que se ha transformado para adaptarse a los nuevos tiempos. Actualmente existen más de 500.000 trabajadores españoles que almuerzan en los comedores de sus empresas. Madrid, Barcelona y Valencia son las ciudades donde se concentran más compañías que ofrecen este servicio, aunque las zonas industriales con fábricas como País Vasco, Cataluña, Navarra, la Comunidad de Madrid y la Valenciana, también tienen un gran número de empresas con «cantinas» para empleados.

Comida sana y barata
Otrode los principales inconvenientes de estar obligado a comer fuera de nuestra casa es el dinero que se emplea en ello. La mayoría de los menús del día (que suelen incluir primer y segundo plato, bebida, pan y postre) no bajan de los 10 euros por persona.

Cheques restaurante. Se han convertido en un incentivo más a tener en cuenta a la hora de escoger un trabajo. Los cheques pueden ayudar a escoger mejores lugares para comer, sin tener que preocuparse por el bolsillo. Su uso está altamente extendido en nuestro país, en concreto, según datos de Sodexo, una de las empresas líderes en este tipo de servicios de restauración, más de 400.000 trabajadores y más de 10.000 empresas los usan. Además se calcula que mueven alrededor de 500 millones de euros al año.