sábado, 22 de abril de 2017

¿LA GASTRONOMÍA ES CULTURA?

La cocina española

Uno de los mayores atractivos de España es sin duda  su cocina, una de las mejores del mundo por la calidad y variedad de sus productos. No puede hablarse con rigor de una cocina nacional, sino de múltiples cocinas regionales influidas en cada caso por la climatología y las formas de vida autóctonas.

La cocina española se distingue por utilizar tradicionalmente en la preparación de los alimentos el aceite de oliva así como la gran variedad de frutas y verduras que aportó la cultura árabe a la mesa y otros elementos como la patata y el tomate llegados de América. El pescado es también protagonista en las mesas españolas. Junto con Japón, nuestro país tiene uno de los consumos más altos de pescado en todo el mundo y es una parte importante de nuestras dietas. 
En definitiva: la calidad de las materias primas, la dieta mediterránea y el mestizaje son las notas que definen la cocina española.

Por otra parte, el gran desarrollo experimentado en los últimos años se debe también a la aparición de profesionales que han sabido reinventar los platos y recetas tradicionales en consonancia con el tiempo actual, dotando a la gastronomía de una nueva dimensión en presencia y sabores. Ferrán Adriá – El Bulli- (considerado uno de los chefs más influyentes del mundo, creador del Basque Culinary Center y profesor en Harvard U. sobre ciencia culinaria e innovación), Juan Mari Arzak, Martín Berasategui, Sergi Arola, Paco Roncero, Joan Roca, Santi Santamaría, Carma Ruscalleda son algunos de los más conocidos. Llama la atención comprobar que en esa lista no aparezca más que una mujer. Actualmente el mejor restaurante del mundo se encuentra en España: El Celler de los hermanos Roca.

La cocina del norte:
El norte es una región húmeda y lluviosa que otorga una gastronomía muy rica y variada tanto en carnes como en pescados.

El País Vasco desarrolla una cocina estacional basada en los fogones familiares, con platos propios como el marmitako (patatas con bonito) y el txangurro (almejas y centollo).

Asturias proporciona también una cocina similar si bien con particularidades dignas de mención como la fabada (guiso de alubias y productos del cerdo), el queso y la sidra (vino de manzana).

Cantabria nos ofrece mucha diversidad en una cocina de mar y de montaña con productos de gran calidad como la carne de vaca, la anchoa y los derivados lácteos.

Entre las particularidades de Galicia son dignos de mención el pote, las caldeiradas, el pulpo, los lácteos y la repostería.

Variedad y riqueza son los términos que definen una cocina sencilla, opípara y natural que se nutre de la excelencia de los productos de la tierra como es la de Aragón, La Rioja y Navarra. Las frutas y verduras cuentan en sus fértiles valles con un verdadero paraíso y los espárragos, pimientos, borrajas, cardos así como los melocotones y las peras, gozan de merecida fama por su exquisita calidad.

Las patatas, los cogollos y las menestras de verdura o las legumbres tiernas (pochas) dan lugar a platos que se complementan con sus riquísimas truchas de los ríos de montaña y sus carnes preparadas con los peculiares chilindrones y los confits, de influencia francesa. Postres en los que prima el queso o los lácteos (cuajada), fruta fresca, chocolatada o en conserva y una larga tradición de panes de gran calidad completan una gastronomía muy apreciada por todos.

La cocina mediterránea:
La cocina mediterránea asociada a la famosa dieta mediterránea que se muestra tan beneficiosa para la salud, se basa en la trilogía del trigo, el olivo y la viña, con otras aportaciones notables como las del arroz, las legumbres, el ajo, las verduras y hortalizas, el queso y el yogur, los pescados, carnes y huevos, y las frutas. Cocina tan variada como completa que en los espacios naturales mediterráneos de España se interpreta con distintos matices y particularidades.

Cataluña cuenta ya desde la Edad Media con una cocina rica y refinada que abarca el llano, el mar y la montaña. Una cocina de la costa con variedad de pescados, mientras que en el interior hay que destacar la escudella y los asados.

De gran personalidad y contraste es también la cocina valenciana, que conjuga los platos típicamente mediterráneos como pescados, verduras y frutas con los del interior mesetario, como los potajes y guisos de carnes de caza y que tiene en el arroz su producto estrella con una interminable lista de especialidades: seco, caldoso o en paella. Dulces, turrones y helados mantienen viva la influencia arábiga en su cocina.

Murcia participa de ese carácter de cocina de mar y tierra influenciada por la fusión de culturas.

La cocina de las Islas Baleares tiene en las verduras, sus pescados (caldereta) y en el cerdo (ensaimadas, sobrasada) sus principales particularidades, así como en la famosa salsa mayonesa.

La cocina de la Meseta:
La cocina de la Meseta es producto de una climatología extremada que exige del hombre un esfuerzo duro y continuado en su labor.

Castilla y León pone sus bases en las legumbres: alubias (La Bañeza, El Barco), garbanzos (Fuentesaúco) y lentejas (La Armuña). La matanza del cerdo que alcanza en la variedad ibérica, alimentada con bellota y castaña, su culmen de calidad y sabor, es también básica en los productos típicos regionales (botillo de León, morcilla burgalesa, cantimpalo segoviano), así como la caza. Lechazo, cabrito y cochinillo en sus asados exquisitos son hoy platos estrella, que se completan con sus truchas y bacalaos y la gran variedad de sus quesos de cabra, oveja o vacunos. La dulcería tiene en yemas y hojaldres, la expresión más refinada de la tradición árabe.

Extremadura participa también de estos caracteres en una muestra en la que destacan los productos y platos derivados del cerdo ibérico. Calderetas y cochifritos, escabeches fríos, verduras silvestres (setas, cardillos, puerros) y una gran variedad de quesos artesanos al amparo de los fogones conventuales (Guadalupe, Yuste, Alcántara) y del arraigo popular.

Aquella cocina recreada en El Quijote, de olla, salpicón y duelos y quebrantos puede acercarnos a Castilla-La Mancha, que tiene particularidades como las del azafrán, la miel de La Alcarria y el queso manchego (de oveja). Una gastronomía popular que conserva en gazpachos y morteruelos el sabor pastoril y en asados (cordero, cabrito) el sabor aromático de sus montes, que se deleita con el exquisito mazapán de Toledo de origen árabe.

Como un islote, Madrid aporta la peculiaridad de algunos platos como el cocido madrileño, el bacalao, los callos y su plato estrella: el rabo de toro. Las torrijas y los dulces, son otras de sus especialidades.

La cocina del sur:
La cocina del sur o de Andalucía disfruta del crisol de un conjunto de culturas que la habitaron y forjaron su patrimonio gastronómico. Coaligada con su entorno encontramos así una cocina de huerta y vega, una cocina de guisos invernales y pastoriles y una cocina mediterránea en el litoral.

A todo ello debemos unir su amplia y exquisita repostería, legado de la cultura árabe, y la variada cocina relacionada con el cerdo, que tiene en la matanza su punto culminante ritual y colorista. Los gazpachos y sopas, las frituras y los guisos particularizan una cocina de gran acervo popular.

Las Islas Canarias disfrutan de una cocina muy personal que tiene en el gofio (harina de cereales tostados), las legumbres, los cultivos tropicales y sus famosos mojos (salsas de pimienta y cilantro) algunos de sus alicientes.

BEBIDAS

El vino es un elemento fundamental en todas y cada una de las cocinas regionales de España.

Los romanos extendieron el arte de la viticultura que ha convertido a España en uno de los mayores productores de vino, a la vez que ha cobrado justa fama por su calidad sujeta hoy a estrictos controles y variedad (hasta sesenta comarcas vinícolas diferentes).

Entre ellas mencionaremos el vino de Rioja, que por su aroma, sabor y cuerpo ha obtenido un lugar destacado a nivel internacional.

Otras denominaciones de origen muy apreciadas son las de la Ribera del Duero, el Penedés y La Mancha que han experimentado en los últimos años un gran avance en la calidad de sus caldos.

El vino de Jerez es un vino andaluz de gran prestigio internacional, sobre todo en los países anglosajones, y que tiene distintas variedades (fino, manzanilla, amontillado, dulce y oloroso) capaces de satisfacer los diferentes gustos.

El cava español o vino espumoso achampañado tiene su centro principal de producción en la región catalana del Penedés, si bien se ha extendido en los últimos años a otras como Castilla.


COMER EN ESPAÑA

Comer en España es uno de los ritos más agradables de la vida cotidiana. La variedad y riqueza de su gastronomía así como el gusto del español por la cultura del plato y el mantel, hacen que sea muy fácil encontrar, tanto en las grandes ciudades como en las pequeñas aldeas rurales, un sitio donde comer bien. Desde la comida casera tradicional a la de los afamados restaurantes de cinco tenedores (máxima clasificación en un baremo que va de uno a cinco), cada uno puede encontrar la mejor relación entre precio y calidad de acuerdo con sus gustos y preferencias.

Los horarios de todas las comidas suelen retrasarse una hora y media aproximadamente de la media europea, si bien la amplitud de los horarios de los establecimientos, permiten a cada cliente mantener su horario habitual.

La carta con los precios suele estar puesta en la entrada de los restaurantes, que disponen también de un menú del día con precios habitualmente más reducidos. El servicio va incluido en el precio de los platos siendo habitual, aunque no obligatorio, destinar entre un cinco y diez por ciento del total a propina o gratificación por dicho servicio.

La mayoría de restaurantes suelen cerrar un día a la semana (el domingo o el lunes), si bien existen numerosos establecimientos de horario continuado que permiten comer a cualquier hora.

Importancia en el sector turístico
Varios estudios demuestran que muchos de los turistas que eligen España como país a visitar lo hacen movidos por su gastronomía. La última encuesta de Hábitos Turísticos (HABITUR) revela que La Rioja posee la gastronomía más valorada, con un 9,2 de nota media. La siguen de cerca Asturias, Extremadura y Navarra.
Según el Instituto de Estudios Turísticos (IET), 2015 trajo un aumento en el sector turístico del 4,25%. Durante ese año se alcanzaron los 5,6 millones de visitantes extranjeros. Cada uno gastó una media de 1.133,89 euros por persona, arrojando un total de 6.393 millones de euros.
Recientemente, el IET daba a conocer que durante el mes de agosto de 2013 8,3 millones de turistas habían llegado a España desde el extranjero. La cifra supone una subida del 7,1% con respecto al mismo mes del 2015. Su desembolso económico también creció un 12,2%, alcanzando los 8.236 millones de euros.
EL MEJOR RESTAURANTE DEL MUNDO… ES ESPAÑOL
La lista de los 50 mejores restaurantes del mundo, encabezada por el Celler de Can Roca en 2016 incluye a otros cuatro establecimientos españoles: Mugaritz, en San Sebastián, en la cuarta plaza; Arzak, también en San Sebastián, en el puesto número ocho; Quique Dacosta, en Dénia, en el puesto 26; y el Asador Etxarri, de Atxondo, en el 44. 

En el mejor restaurante del mundo se trabaja desde las nueve de la mañana. Todo tiene que estar listo a la una y media, cuando se inicie la representación para 40 comensales que han aguardado hasta un año para conseguir mesa. Hay un empleado por cliente. Joan Roca, el chef, describe cómo funciona su restaurante: “No me gustan los malos rollos ni las voces. No hay dictadores. No hacemos llorar a nadie como en otras cocinas. No trabajamos mirando el reloj. Soy un tipo tranquilo. Los tres lo somos. Preferimos la concentración a la tensión. El diálogo, a las órdenes. Nuestro trabajo debe estar basado en una compleja organización previa. No puede haber flecos sueltos. Todo debe estar preparado. En la cocina de El Celler hay silencio, serenidad y delicadeza. Es nuestra forma de ser”.
Se escuchan conversaciones con muchos acentos. Entre los cocineros hay un neoyorquino, un mexicano, un coreano, un alemán y un catalán. Una veintena de estos cocineros son becarios, chefs en embrión que trabajan unos meses en el restaurante de los hermanos Roca a cambio de comida, cama y sabiduría. Será su escuela de posgrado, su doctorado de alta cocina. Más tarde serán los transmisores de un modelo revolucionario de cocina nacido en España que ha asombrado al mundo. Y del que El Celler es el abanderado. Una práctica, absorber jóvenes genios de la cocina, que inició Ferran Adrià en elBulli, en cuyo restaurante del litoral gerundense han sido aprendices todos los números uno de la gastronomía mundial, como Heston Blumenthal, René Redzepi, Andoni Luis Aduriz o el mismo Joan Roca. Entre los becarios de El Celler hay latinoamericanos, asiáticos y europeos. La señora Montse conoce a todos por su nombre; detecta a los que tienen madera de líder y se ocupa de que los cinco pisos de la familia donde se hospedan tengan siempre la ropa limpia.
La familia Roca está hoy compuesta por esa cincuentena de hijos adoptivos. Y centenares más que han pasado por la cocina de El Celler desde 1986. Ha sido una de las claves del éxito de los hermanos: crear una empresa familiar donde tanto el cliente como el trabajador se sientan en casa. Es el primer análisis sobre El Celler que me transmite Ferran Adrià, el agitador de la cocina contemporánea y alma de elBulli, considerado el mejor restaurante del mundo durante la década pasada y reconvertido en un poderoso laboratorio de ideas: “El Celler, mucho más allá de estar el número uno en una lista (lo que siempre es una metáfora), es el punto más caliente e influyente de la cocina mundial. En ese restaurante se concentra la atracción gastronómica. ¿Y cómo te lo demuestro? Muy sencillo: si les preguntas a los chicos que desean ser cocineros dónde quieren ir a aprender, la mayoría, sean del continente que sean, te dirán que al restaurante de los Roca. Y eso marca una tendencia. No es un fenómeno de críticos sesudos, sino de gente joven que apuesta por un modelo de cocina. Esa es la clasificación que importa, la voz de los jóvenes que nos está indicando un camino. Y hoy ese camino es El Celler, como parte de la revolución de la cocina que hicimos entre todos”.
–¿Cómo es la cocina de los Roca?                                                       
–Global y con personalidad. Una gastronomía amable de vanguardia.
Algunos enlaces de interés:

http://www.expansion.com/especiales/gastroempresarios/index.html

viernes, 31 de marzo de 2017

LAS FIESTAS MÁS POPULARES DE ESPAÑA

Las fiestas más importantes de España


En España hay una gran variedad de fiestas populares y folclore. La diversidad cultural del país favorece que, a lo largo y ancho de la Península Ibérica se combinen celebraciones de carácter religioso con otras que no lo son. En el siguiente artículo repasaremos algunas de las más importantes, siguiendo el orden cronológico en el calendario.
En el primer mes del año, nos encontramos con la Tamborrada de San Sebastián, el día veinte. Con dicha fiesta se festeja el día de la ciudad guipuzcoana, durante 24 horas sin descanso. Los actos comienzan el 19 de enero, justo cuando el reloj marca las doce de la noche, momento en el que la sociedad Gaztelubides y otras tamboreadas comienzan a tocar la Marcha de San Sebastián, en la plaza de la Constitución, seguida de otras composiciones tradicionales. Desde ese momento y hasta que finalice el día más de un centenar de tamborradas recorrerán las calles de San Sebastián acompañados por una banda de música, para celebrar con todos los vecinos tan señalado día.
En el mes de febrero, en cambio, llega el turno de los Carnavales. Esta fiesta tiene como principal escenario la calle y como protagonistas, los desfiles de disfraces. Tradicionalmente se celebran una semana antes del miércoles de ceniza, por lo que en 2013 los carnavales tendrán lugar del 7 al 17 de febrero. Los carnavales salpican toda la geografía española, pero de todos, hay dos que han sido reconocidos como Fiesta de Interés Turístico Internacional, y que son el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife y el Carnaval de Cádiz.
El Carnaval de Santa Cruz de Tenerife es el segundo más importante del mundo, por detrás del de Río de Janeiro. En Tenerife, el Carnaval se puede vivir de dos formas diferentes, desde dentro, formando parte de uno de los más de 100 grupos que participan en los diferentes concursos: elección de la Reina, mejor disfraz, murgas, rondallas,… o desde fuera, en la calle, disfrutando de cada uno de los actos de la fiesta.
El Carnaval de Cádiz si por algo es popular, además de por sus disfraces, es por el concurso de chirigotas, en los que un grupo de entre 7 y 12 componentes cantan coplas en las que critican desde un punto de vista humorístico algún aspecto de la sociedad.
 Cuando llega el mes de marzo hay que poner el foco de atención en la Comunidad Valenciana, porque habitualmente coinciden en este mes, dos de las fiestas más populares de esta comunidad autónoma. La primera, las Fallas, que se celebran entre el 15 y el 19 de marzo, en honor al patrón de los carpinteros, San José. Durante estos días, las diferentes localidades de la provincia de Valencia, incluida su capital, se llenan de luces, música, colores y fuegos artificiales, hasta que el día de San José, finaliza la fiesta con la tradicional cremà de los monumentos falleros. 
La otra fiesta de la Comunidad Valenciana, que suele coincidir en este mes, es la Magdalena. Ésta es la fiesta mayor de Castellón de la Plana y se celebra tradicionalmente, a partir del tercer sábado de cuaresma, por lo que este año,  tendrá lugar entre el 10 y el 18 de marzo. El principal símbolo de la fiesta son las gaiatas, que son los monumentos iluminados de unos 6 metros de altura, que recorren cada uno de los barrios de la ciudad y que conmemoran las cañas, gayatos y faroles que utilizaron los castellonense para tantear el terreno pantanoso cuando trasladaron la ciudad desde la colina de la Magdalena hasta la zona litoral, en el año 1251.
Ya en plena primavera, y durante el mes de abril, tiene lugar en toda España la fiesta de origen religioso más conocida, la Semana Santa, en la que se conmemora la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús. Comienza en Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección, que este año coincide con la semana que va del 1 al 8 de abril. Son de gran relevancia las celebradas en Málaga, Sevilla y Valladolid.
Las fiestas de Moros y Cristianos llegan a lo largo del mes de abril y tienen como misión rememorar el dominio musulmán que hubo, en la Península Ibérica, en épocas pasadas. Son fiestas tradicionales en las comunidades autónomas de Murcia, Castilla-La Mancha, Andalucía y, sobre todo, en la Comunidad Valenciana.  De hecho, Alicante es la provincia española donde más se celebra, siendo los más relevantes a nivel internacional los Moros y Cristianos  de  Alcoy, que tienen lugar del 21 al 24 de abril y que conmemoran la Batalla de Alcoy de 1276, en la que se enfrentaron los alcoyanos con las tropas musulmanas de Alazraq.
Sin  cambiar de mes, continuamos con la fiesta hispalense por excelencia, la Feria de Abril. La fiesta, que este año se celebrará del 24 al 29 de abril, se concentra en el Barrio de Los Remedios de Sevilla, que estará inundado por las casetas, los trajes de flamenca, los carruajes de caballos y por los cantes y los bailes, hasta que a las doce de la noche del último día, se lance el castillo de fuegos artificiales que pondrá fin a la celebración.
No dejamos  Andalucía, porque en el mes de mayo tiene lugar la Romería de El Rocío. Diversas hermandades y agrupaciones rocieras se concentran  durante el fin de semana del Domingo de Pentecostés, en la aldea almonteña de El Rocío, desde cuya ermita partirá la Procesión de la Santísima Virgen, en la madrugada del 28 de mayo, recorriendo las distintas hermandades, desde donde los Sacerdotes le rezarán la Salve, acompañados por el pueblo rociero.
En el mes de junio, nos encontramos con otra fiesta de la Comunidad Valenciana vinculada al fuego, las Hogueras de San Juan de Alicante.  Desde el día 20 las hogueras habitan las calles de muchas localidades alicantinas, hasta la noche del 24,  por efecto del fuego, son reducidas a cenizas.
Una de las fiestas más reconocidas internacionalmente es la de San Fermín de Pamplona que tiene lugar en el mes de julio. Lo más característico de las fiestas son los encierros de toros, que tienen lugar todas las mañanas desde el día 7 hasta el 14 de julio.
En la segunda quincena del mes de agosto y coincidiendo con las vacaciones de verano de muchas personas, nos encontramos con dos fiestas muy particulares. En primer lugar, tenemos la Semana Grande de Bilbao que suele celebrarse durante nueve días, a partir del sábado posterior al 15 de agosto. El símbolo oficial de las festividad es la Marijaia, que en castellano significa ‘Señora de las Fiestas’, y que es una muñeca de grandes dimensiones, vestida con ropas tradicionales y que presidirá todos los actos de las fiestas, hasta que el último día de fiesta es quemada marcando el final de los actos. En segundo lugar, nos encontramos con La Tomatina, una fiesta que año tras año atrae a miles de turistas a la localidad valenciana de Buñol, para participar en la tradicional batalla de tomates, que tiñe las calles y la ropa de los asistentes de color rojo. Se celebra el último miércoles del mes de agosto, que este año cae en el día 29.

Acabamos el repaso a algunas de las fiestas más importantes de España, con las Fiestas del Pilar de Zaragoza, que se celebran en honor a la Virgen del Pilar, patrona de la ciudad. Las fiestas comienzan todo los años el sábado anterior al 12 de octubre y finalizan el domingo posterior, lo que en 2012 se dará del 6 al 14 de octubre. Son típicas las ferias de productos típicos, las jornadas taurinas y las comparsas de gigantes y cabezudos, que comparten el programa junto a diversos actos religiosos.



viernes, 24 de marzo de 2017

EL FÚTBOL EN ESPAÑA, ¿ALGO MÁS QUE UN DEPORTE?



El fútbol español en cifras

El fútbol profesional es un gran negocio. Nadie lo puede dudar. Lo dicen las cifras que se mueven alrededor del rey de los deportes. A día de hoy, el fútbol es considerado como la decimoséptima economía mundial. En España, el 1,7 del Producto Interior Bruto corresponde a un deporte de 42 empresas que dan forma a la Liga de Fútbol Profesional y que tienen un presupuesto de ingresos de 2.117 millones de euros, por 1.947 millones de euros de gastos.

El fútbol profesional crea 85.000 empleos directos e indirectos y aporta 9.000 millones de euros a la economía, sólo la quiniela supone 500 millones de euros al año, unos 13 millones de euros por jornada. Cada temporada acuden a los campos repartidos por toda España 14 millones de personas y otros 174 millones lo ven por televisión por todo el mundo. Lo dice la empresa auditora Deloitte y queda ratificado semana tras semana. Además, y según una encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) el 54% de la población española se considera seguidora del fútbol, siendo el sector de edad comprendido entre los 18 y 24, los más fieles con un 62%.

Detrás de este fútbol profesional, el que arrastra a millones de personas, hay otro imprescindible para que el fútbol de élite sea posible. Las estrellas que hoy valen noventa o sesenta millones de euros se iniciaron en campos de tierra, lejos de las masas de aficionados que siguen a las estrellas domingo tras domingo. Y es que el fútbol aficionado que da cobijo la Federación Española es el paso previo e imprescindible para ser alguien en un deporte que mueve pasiones y dinero por igual. El sueño se inicia con diez años y tras otros tantos de duro peregrinar sin la comodidad en la que viven los equipos de Primera, sólo los elegidos llegan a lo más alto. De los 780.000 aficionados que juegan al fútbol, tan sólo 1.000 llegan a jugar en Primera o Segunda y sólo un par de centenares tienen la suerte de convertirse en millonarios.

La dimensión social que en poco más de un siglo ha tomado el fútbol en España es notable
El fútbol,  deporte de equipo más importante en España por su número de practicantes, se ha convertido en un fenómeno que se relaciona con factores culturales, sociales, económicos e incluso políticos. Aunque suene a tópico, el fútbol es algo más que dos equipos de 11 personas persiguiendo un balón.
El mayor impacto del fútbol en España está en la televisión, donde logra audiencias enormes: el 15 por ciento de la población sigue de manera habitual el fútbol cada Jornada, cifra que se eleva a 20 por ciento cuando se trata de partidos de la Champions
La dimensión social que en poco más de un siglo ha tomado el fútbol en España es notable. Comenzó su recorrido nacional a finales del Siglo XIX y principios del XX, con la fundación de los primeros clubes: Athletic de Bilbao (1898), Barcelona (1899) y Real Madrid (1902).

El primer Campeonato de Liga en España se celebró en 1929, una fecha que marcó el inicio de una competición que iría ganando importancia y espectadores de forma constante durante la década de 1930 (con el paréntesis de la guerra) y 1940. Sin embargo, la verdadera explosión del fútbol en España se produjo en los años cincuenta, cuando la rivalidad entre el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona adquirió otra dimensión, y la dictadura del General Franco comenzó a utilizar este deporte como marco sustitutivo de la política. En ese entonces, el Real Madrid, dirigido por el empresario Santiago Bernabéu, se convirtió en un símbolo del Régimen, que a través de él proyectaba una favorable imagen internacional. Paralelamente, el Barcelona (o Barça) se convirtió en "algo más que un club de fútbol" , lo que significa que, para la población catalana, supuso un soterrado símbolo nacionalista.
Al llegar la década de 1990, la rivalidad Real Madrid-Barça fue superando tales dimensiones supra-deportivas, para convertirse en un espectáculo de masas de carácter global que ha concitado la atención de millones de espectadores en todo el planeta.
Cuando juegan el Real Madrid y el Barcelona no sólo compiten dos equipos. Simbólicamente también compiten dos ciudades que rivalizan por su prevalencia en el país, dos proyectos de estado (centralista y federal), asociados a dos identidades colectivas (española y catalana).

También supone una confrontación deportiva entre los empresarios  madrileños y catalanes, que participan en la gestión de sus respectivos equipos, y, por tanto, el choque directo entre dos modelos de gestión. Por un lado, se encuentra el modelo representado por el Barcelona, que apuesta claramente por la cantera del club, frente a Florentino Pérez, Presidente del Real Madrid y que contrata estrellas mundiales que refuercen la proyección del club en la esfera global.

El fútbol posee un peculiar ingrediente para lograr un potente atractivo social. Se trata de la visión de los futbolistas como "hijos del pueblo", que logran fortuna gracias a sus méritos, esfuerzo y compromiso.

La población se identifica con los jugadores, considerados una suerte de héroes a quienes es importante seguir. También hay que sumar la incertidumbre en el resultado, la estética del propio deporte e incluso de los equipos (cuyas camisetas se han convertido en emblemas), la dimensión en términos de ocio barato, factores que hacen del fútbol un espectáculo de masas con gran repercusión económica.

Por su parte, los medios de comunicación masiva han convertido al fútbol español en una máquina de marketing global. No sólo empresas de material deportivo buscan patrocinar este deporte; todos los sectores pueden encontrar rentable patrocinar a un equipo para identificarse con sus valores (trabajo en equipo, seguridad, credibilidad, etcétera) y lograr un aumento de sus ventas.

Los datos del Annual Review of Football Finance, correspondientes al 2010 y publicados por la consultora Deloitte, muestran que la competición futbolística española creció un 4 por ciento, lo que representó ingresos cercanos a los 1.500 millones de euros (unos 2.183 millones de dólares), sobre todo por el crecimiento del Real Madrid y el Barcelona. Ambos equipos fueron, por segundo año consecutivo, los que más dinero produjeron en el mundo.

Muchos de los clubes están presididos por grandes empresarios, representantes de las mayores corporaciones del país, también magnates del petróleo e incluso personalidades con tintes políticos, como el anterior Presidente del Barcelona, Joan Laporta, quien tras encadenar unos años de éxitos deportivos, anunciaba la formación de un partido político independentista cuando abandonó la Presidencia del Barça. Presidir un equipo de fútbol otorga notoriedad, fama y respeto social. Actualmente, todos los estadios españoles cuentan con palcos que son utilizados por las clases dirigentes para tejer relaciones, llegar a acuerdos y hacer todo tipo de negocios. El apoyo de personalidades de la política a los equipos de sus ciudades marca una relación equidistante donde los clubes obtienen ventajas económicas que los políticos (sobre todo alcaldes) esperan rentabilizar en votos, pues la simpatía por un determinado equipo de fútbol también cotiza en el mercado electoral.
El fútbol en España se ha conformado como un espacio simbólico; baste decir que casi el 85 por ciento de la población se siente muy o bastante orgullosa de los éxitos de la Selección Nacional.El Mundial de Sudáfrica supuso un gran éxito para España no sólo en lo deportivo, sino por la participación en la Selección de jugadores provenientes de todas las regiones del país, especialmente de Madrid, Barcelona y el País Vasco, lo que ha simbolizado un cierto triunfo en la unidad.
Consecuentemente, la arquitectura institucional del fútbol en España es muy peculiar: el Consejo Superior de Deportes está definido por ley como un organismo autónomo de carácter administrativo, a través del cual se ejerce la actuación de la administración del Estado en el ámbito del deporte. Está presidido por el Secretario de Estado para el Deporte, que es un cargo político nombrado por el Gobierno.

Finalmente, es necesario hacer referencia a un elemento característico de España y su relación con el fútbol  el hecho de que este deporte ha venido siendo un factor de distensión para una sociedad que aún no ha resuelto algunas cuestiones políticas fruto de su historia más reciente. Así, el fútbol en España también es un espacio para el debate social, un ámbito que canaliza las pasiones sin que ello afecte de sobremanera a la estructura político-institucional.

En definitiva, y parafraseando el conocido lema barcelonista, el fútbol en España es "algo más que un deporte".
Fuente: texto adaptado de El Confidencial


¿Estás de acuerdo con la afirmación "el fútbol en España es algo más que un deporte"? ¿Cuál es la consideración de este deporte en tu país? ¿Hay equipos rivales semejantes al Real Madrid y Barcelona en España?

viernes, 10 de marzo de 2017

La fiesta del toro en España

La tauromaquia para muchos españoles es una parte fundamental de sus vidas. El toreo simboliza las fiestas, la hombría (bravura) y el arte. Este es quizá uno de los trabajos más polémicos debido a que para unos la tauromaquia es una tradición y para otros un maltrato injustificado y cruel hacia un animal. 

Directamente es imposible definir un salario fijo para un torero. En el mundo de los toros depende mucho tu caché y el arte que tengas con la banderilla además de en qué sitio se hace dicha corrida. Además, no es lo mismo torear en España que torear en países como Venezuela, México o Colombia. En España los toreros mejor pagados serían Jesulín de Ubrique, Manolete, Enrique Ponce o El Juli. Obviamente no se pueden comparar a estos grandes de la tauromaquia con los toreros menos diestros o los novilleros.

Las entradas para una corrida de toros en una plaza grande y con un famoso torero son más caras y por tanto es en estas ocasiones donde más se gana. La más grande de las de España sería las Ventas de Madrid.

En el caso de las Ventas de Madrid los sueldos oscilan entre el más bajo del tercer banderillero  (390 euros por corrida); El segundo y primer banderillero ganarían entre 800 y 1200 euros. El matador es el que más se arriesga y el que mayor cantidad cobra. Poniendo de ejemplo a José Tomás, ingresa cerca de 350 000 euros por participar en La Maestranza u otra plaza del mismo nivel. Con esto perfectamente podría superar fácilmente el millón de euros al año.

La fiesta del toro es un motor de la economía en España que no sólo genera empleo sino que además produce un gran negocio y da de comer a miles de familias. Según la Junta de Andalucía en toda España este sector mueve 2.500 millones de euros y en Andalucía unos 500 millones. En cuanto al número de empleos que supone, la fiesta nacional general entre 180.000 y 200.000 puestos de trabajo directos.

La fiesta del toro es también un factor medioambiental importante por la existencia de dehesas dedicadas a la cría del toro bravo en libertad. Esto supone miles de hectáreas libres de contaminación. Así como el asentamiento de población en los pueblos donde existen dehesas y ganaderías.  Hay muchas personas trabajando en estas fincas dedicadas a la cría y cuidado del toro y si no fuera por ello muchos habrían emigrado a la ciudad.
  
Por su parte Carlos Nüñez, presidente de la Mesa del Toro, recuerda que la fiesta nacional es el segundo espectáculo de masas en España por detrás del fútbol. Por ello insiste en que si se suprimiera «desaparecería mucho empleo» ya que además del empleo directo también hay mucho «inducido» como el del turismo que se produce en una localidad cada vez que se celebra una corrida de toros. Núñez admite también que las entradas de toros son caras y lo achaca a los fuertes gravámenes que tienen ya que el impuesto ronda el 21 por ciento. «Con esos impuestos, uno de cada cinco espectadores se los come la administración», dice Núñez, recordando también lo costosa que es la cría del toro. Criar a un toro es muy caro: durante cuatro años vive como el rey de la dehesa, con un mayoral y muchas personas a su cargo.

En los años 2010-2011  el 9,8% de los españoles asistieron a los toros. Los niveles de asistencia son significativamente superiores en los varones, 10,6%, que en las mujeres, 6,4%. Las mayores tasas de asistencia se registran en el grupo central de edades, de 35 a 54 años y en los más jóvenes.

Por autonomías, el 22,7% de las corridas de toros celebradas en 2012 tuvieron lugar en Andalucía, seguida de la Comunidad de Madrid, con el 17,9%, y de las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y Castilla y León, que acogieron el 12,8% y el 11,8%.

El mundo del toro no es siempre un negocio de millonarios. Los empresarios que regentan las principales plazas (Madrid, Sevilla, Valencia, Bilbao), y toreros como El Juli, José Tomás o Enrique Ponce, representan tan sólo un pequeño grupo de afortunados que realmente gana mucho dinero.

En España hay un total de 2.950 plazas de segunda y tercera categoría, y esto sin contar las plazas portátiles. La mayor parte de los espectáculos taurinos dependen de los pequeños empresarios que regentan estas plazas. Ellos son los que organizan las corridas, las novilladas y los rejoneos en todos los pueblos y pequeñas capitales de España. El volumen de negocio que manejan estos empresarios aunque es mucho menor que el que se mueve en las grandes plazas, representa la mayoría del sector taurino. Los gastos de un empresario taurino en una corrida en un pueblo oscilan entre los cincuenta y los sesenta mil euros. Los ayuntamientos suelen ofrecer una subvención de veinte mil euros como mucho para que las entradas no cuesten más de 20 euros.

Fuente: texto adaptado

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¿Qué opinas de la corrida? ¿Crees que se debería prohibir en el resto de España o por el contrario, que es parte de la cultura española y que supone un beneficio económico importante?


lunes, 6 de marzo de 2017

LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA


El mundo se enfrenta a una crisis migratoria de grandes dimensiones. La huida de los países donde el autodenominado Estado Islámico está imponiendo su régimen de terror, no ha hecho más que agravar la situación. Miles de refugiados buscan un país de acogida y la Comunidad Internacional parece no ser capaz de dar respuesta al problema. Algunos países han aplicado políticas generosas de acogida pero esta apertura también les ha causado problemas de inestabilidad interna. Otros han decidido blindar sus fronteras. ¿Cómo deberíamos actuar?
El mundo se está globalizando. Nos encontramos en un amplio proceso de cambio que afecta no sólo a los sectores de economía, comercio y ocio sino también a la vida diaria de gente la como ciudadanos de un país e individuos. La sociedad pide más flexibilidad y movimiento y el mundo se vuelve un lugar abierto con muchas oportunidades de buscar lo mejor para las personas, sea donde sea. Cada vez más gente decide salir de su tierra nativa a comenzar nuevamente en otro país, haciendo frente a muchas dificultades.
Actualmente en España viven aproximadamente 44.000.000 personas, según el Instituto Nacional de Estadística, y el 12% de la población son emigrantes. Quizás esta cifra no nos sorprenda al compararla con la de otros países, pero sí nos asombra al compararla con la cifra española hace diez años atrás, cuando era mucho más baja. 
Antes que nada habría que hacer una distinción entre dos grupos principales de inmigrantes para que se aclare de quienes se está hablando.
El primer grupo lo constituyen personas que vienen a España durante una cierta época de su vida, aunque nada les obliga a salir de su país de origen. Vienen expatriados por motivos de trabajo, casi siempre la empresa para la que trabajan les pide que hagan algún traslado temporal a otro país. Las condiciones económicas suelen ser favorables y no presentan problemas de integración.
Otras personas vienen para pasar su jubilación en España en determinadas zonas del mediterráneo y de las islas, normalmente en compañía de sus cónyuges. En ambos casos proceden casi exclusivamente de países de la UE, así que llevan una vida socialmente alta y económicamente estable en los países de origen y lo consiguen también en España. Para este colectivo, que constituye gran parte de la población no española, conviene más el nombre de extranjeros.
El segundo grupo lo constituye hombres y mujeres a las que circunstancias más graves les obligan a salir de su país. Proceden en la mayoría de los casos de países menos prósperos, de países con conflictos bélicos o del Tercer Mundo. Para ellos, la emigración les parece la única o la más prometedora posibilidad para resolver sus problemas. Sin embargo, al llegar al nuevo país suelen tener aún más problemas por falta de dinero, carencia de educación y formación y situación legal, sólo por mencionar algunas circunstancias.
Nadie se levanta un día por la mañana y decide dejar atrás el país que le vio nacer para marcharse a otro desconocido. Se trata de inquietudes y deseos que se acumulan poco a poco y culminan finalmente en la decisión de emigrar. Para darse esta decisión, son necesarios tanto los factores que empujan a las personas fuera del país, definidos socialmente como 'push', como los que atraen a los emigrantes a un destino determinado o los 'pull'. Sin la combinación de ambos la migración no se llevaría a cabo. El hombre, por naturaleza, espera siempre un futuro mejor, por consiguiente va en busca de una mejor calidad de vida. Para algunos la migración es la oportunidad de escapar de un marco político social opresivo. Para otros es la promesa, o al menos la posibilidad de mejor salud, mejor vivienda, una buena educación para sus hijos, en fin una buena calidad de vida, lo que los arrancará de su entorno.

Algunos sociólogos han descrito la vida de los emigrantes como una vivida entre dos culturas. Las personas emigran de su país huyendo de situaciones y condiciones internas, no huyendo de su patria. Consecuentemente al llegar al país de acogida les es difícil romper con la persona que hay dentro de ellos y que todavía no ha migrado. Es imposible pretender una asimilación completa y perfecta de los emigrantes al estilo de vida del país de destino pues a causa del fuerte arraigamiento a su cultura, la asimilación es mínima.
Los emigrantes se encuentran en medio de dos países, en medio de dos culturas y divididos entre dos idiomas. Utilizan su primera lengua para desenvolverse en su vida personal, con su familia si está con ellos y con su círculo social, que la mayoría de las veces son otros emigrantes de la misma nacionalidad. Por otro lado recurren al idioma del lugar en el que residenl para desenvolverse en el trabajo. Las dos vidas no se fusionan. El idioma es solamente un factor más que hace resistencia a la asimilación, entre otras diferencias culturales. 

En el mundo hay 244 millones migrantes, según datos de 2015 de Naciones Unidas. ¿Tienen en España más o menos peso en comparación con otros países europeos?
Si durante los años de bonanza económica en España la inmigración supuso uno de los protagonistas y motores indudables de la mejoría, tras la crisis este fenómeno ha transitado por caminos diferentes: retornos a países de origen, salidas de jóvenes formados en busca de una oportunidad y, más allá de nuestras fronteras, en una enorme oleada de refugiados.
De acuerdo con las cifras que recopila Expansión/Datosmacro.com de Naciones Unidas, los 244 millones de migrantes que había en 2015 en el mundo suponían el 3,3% de la población mundial. Aproximadamente, el 58% de ellos residían en países desarrollados.
Según estos datos, en España había 5.852.953 de inmigrantes en ese ejercicio, es decir, 427.112 personas menos que cinco años antes, aunque aún por encima de los 4.107.226 que había en 2005.
¿Supone muchos o pocos respecto a otros países europeos? Pues, en conjunto, representan el 12,6% de la población española, una tasa por debajo de la que tienen países como Alemania (14,6%) o Reino Unido (13,07%). En Irlanda llega al 15,8% y en Austria, al 17,15%. Suecia y Noruega, por su parte, superan el 14%.
En el lado más bajo de la clasificación se sitúan Polonia, Rumanía y Bulgaria, que apenas llegan al 2%. Por su parte, Portugal cuenta con una tasa del 8,1%.
Para Ramón Mahía, uno de los coordinadores del anuario Cidob de la Inmigración, el saldo migratorio hoy en día es prácticamente cero, "llegan más o menos nuevos en cantidad similar a los que se van y eso hace que el stock de inmigrantes esté situado entre 4,5 y 5 millones de personas", afirma el experto.
En este sentido, el informe, que se ha presentado esta misma semana, detalla que "el número de nuevos inmigrantes en España ha estado próximo a 350.000 anuales entre 2009 y 2015", en plena crisis económica.
Según un reciente estudio de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), "la sociedad española avanza hacia una mayor tolerancia o aceptación de la inmigración, pese al contexto de empleo aún desfavorable, a lo que contribuye la menor percepción de presencia migratoria y de mayor control de los flujos migratorios, además del efecto de la empatía y del conocimiento mutuo tras años de convivencia con inmigrantes".
Las pateras y la valla
En España la inmigración tiene un especial impacto a través del Estrecho de Gibraltar. Miles de seres humanos desesperados emprenden periódicamente el arriesgado viaje que supone cruzar el mar que separa España de África. Manejados y extorsionados por mafias, pagan enormes sumas de dinero para tener un espacio en embarcaciones en muy malas condiciones. A veces son abandonados a la deriva por estas personas sin corazón.
La Armada española ha fletado un barco especial, la Fragata Navarra, desde el pasado septiembre cuya única misión es salvar las vidas de estas personas que sufren las consecuencias de guerras y crisis económicas.
En apenas un mes y medio, los militares españoles ya han salvado la vida a 1.800 inmigrantes, 40 al día de media. Llevan en el Mediterráneo desde el pasado 24 de septiembre y, últimamente, las operaciones de rescate son habituales. Este domingo, sin ir más lejos, rescataron a 578 migrantes, 83 de ellos niños, frente a las costas de Libia. "Encontrar una embarcación a la deriva es algo habitual", nos dicen.
¿Cómo se rescata una patera repleta de inmigrantes?
El procedimiento es "lo más importante", relata el comandante de la Navarra. Lo primero que hay que hacer es "calmarlos". Llegan muy nerviosos y cualquier movimiento puede dar con todos en el agua. La maniobra de aproximación la realizan dos pequeñas embarcaciones, que llegan a la patera por los lados.

Muy pocos saben nadar. Pero si hay algunos que, cuando se aproximan los militares, se lanzan al agua. Lo que se hace en esos momentos de gran tensión es hablarles con megáfonos e insistirles en que se sienten. 
Una vez sentados, los militares reparten chalecos salvavidas. Prestan especial atención a este momento, para que los inmigrantes se los pongan bien. A continuación se pasa al proceso de transbordo. 
Los primeros son los bebés y las madres. A continuación, los niños, seguidos de las mujeres. Un proceso que tiene que llevarse a cabo con sumo cuidado para evitar que caigan todos al agua. 
¿Con qué tipo de inmigrantes se encuentran?
Trabajar en el Mediterráneo salvando vidas es duro pero, a la vez, un trabajo gratificante. El capitán de fragata Cuquerella Gamboa relata que los inmigrantes con los que se encuentran tienen muestras de agradecimiento tremendas hacia ellos.
Cuando les reciben, se encuentran a personas rotas, agotadas y desnutridas. Son abogados, médicos o, en ocasiones, empresarios que huyen de países en guerra y que se embarcan en una patera, engañados por mafias. En ocasiones han visto cómo sus familiares han muerto asesinados por los propios mafiosos.
¿Cómo es la situación de la inmigración en tu país?
¿Se acepta socialmente a los refugiados?
¿Crees que se deben abrir las fronteras a cualquier persona extranjera con dificultades políticas o económicas?
¿Con qué condiciones?