viernes, 10 de marzo de 2017

La fiesta del toro en España

La tauromaquia para muchos españoles es una parte fundamental de sus vidas. El toreo simboliza las fiestas, la hombría (bravura) y el arte. Este es quizá uno de los trabajos más polémicos debido a que para unos la tauromaquia es una tradición y para otros un maltrato injustificado y cruel hacia un animal. 

Directamente es imposible definir un salario fijo para un torero. En el mundo de los toros depende mucho tu caché y el arte que tengas con la banderilla además de en qué sitio se hace dicha corrida. Además, no es lo mismo torear en España que torear en países como Venezuela, México o Colombia. En España los toreros mejor pagados serían Jesulín de Ubrique, Manolete, Enrique Ponce o El Juli. Obviamente no se pueden comparar a estos grandes de la tauromaquia con los toreros menos diestros o los novilleros.

Las entradas para una corrida de toros en una plaza grande y con un famoso torero son más caras y por tanto es en estas ocasiones donde más se gana. La más grande de las de España sería las Ventas de Madrid.

En el caso de las Ventas de Madrid los sueldos oscilan entre el más bajo del tercer banderillero  (390 euros por corrida); El segundo y primer banderillero ganarían entre 800 y 1200 euros. El matador es el que más se arriesga y el que mayor cantidad cobra. Poniendo de ejemplo a José Tomás, ingresa cerca de 350 000 euros por participar en La Maestranza u otra plaza del mismo nivel. Con esto perfectamente podría superar fácilmente el millón de euros al año.

La fiesta del toro es un motor de la economía en España que no sólo genera empleo sino que además produce un gran negocio y da de comer a miles de familias. Según la Junta de Andalucía en toda España este sector mueve 2.500 millones de euros y en Andalucía unos 500 millones. En cuanto al número de empleos que supone, la fiesta nacional general entre 180.000 y 200.000 puestos de trabajo directos.

La fiesta del toro es también un factor medioambiental importante por la existencia de dehesas dedicadas a la cría del toro bravo en libertad. Esto supone miles de hectáreas libres de contaminación. Así como el asentamiento de población en los pueblos donde existen dehesas y ganaderías.  Hay muchas personas trabajando en estas fincas dedicadas a la cría y cuidado del toro y si no fuera por ello muchos habrían emigrado a la ciudad.
  
Por su parte Carlos Nüñez, presidente de la Mesa del Toro, recuerda que la fiesta nacional es el segundo espectáculo de masas en España por detrás del fútbol. Por ello insiste en que si se suprimiera «desaparecería mucho empleo» ya que además del empleo directo también hay mucho «inducido» como el del turismo que se produce en una localidad cada vez que se celebra una corrida de toros. Núñez admite también que las entradas de toros son caras y lo achaca a los fuertes gravámenes que tienen ya que el impuesto ronda el 21 por ciento. «Con esos impuestos, uno de cada cinco espectadores se los come la administración», dice Núñez, recordando también lo costosa que es la cría del toro. Criar a un toro es muy caro: durante cuatro años vive como el rey de la dehesa, con un mayoral y muchas personas a su cargo.

En los años 2010-2011  el 9,8% de los españoles asistieron a los toros. Los niveles de asistencia son significativamente superiores en los varones, 10,6%, que en las mujeres, 6,4%. Las mayores tasas de asistencia se registran en el grupo central de edades, de 35 a 54 años y en los más jóvenes.

Por autonomías, el 22,7% de las corridas de toros celebradas en 2012 tuvieron lugar en Andalucía, seguida de la Comunidad de Madrid, con el 17,9%, y de las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y Castilla y León, que acogieron el 12,8% y el 11,8%.

El mundo del toro no es siempre un negocio de millonarios. Los empresarios que regentan las principales plazas (Madrid, Sevilla, Valencia, Bilbao), y toreros como El Juli, José Tomás o Enrique Ponce, representan tan sólo un pequeño grupo de afortunados que realmente gana mucho dinero.

En España hay un total de 2.950 plazas de segunda y tercera categoría, y esto sin contar las plazas portátiles. La mayor parte de los espectáculos taurinos dependen de los pequeños empresarios que regentan estas plazas. Ellos son los que organizan las corridas, las novilladas y los rejoneos en todos los pueblos y pequeñas capitales de España. El volumen de negocio que manejan estos empresarios aunque es mucho menor que el que se mueve en las grandes plazas, representa la mayoría del sector taurino. Los gastos de un empresario taurino en una corrida en un pueblo oscilan entre los cincuenta y los sesenta mil euros. Los ayuntamientos suelen ofrecer una subvención de veinte mil euros como mucho para que las entradas no cuesten más de 20 euros.

Fuente: texto adaptado

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¿Qué opinas de la corrida? ¿Crees que se debería prohibir en el resto de España o por el contrario, que es parte de la cultura española y que supone un beneficio económico importante?


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